Mmmm...

Domingo 7 pm, con una resaca ligera pero punzante cortesía del señor Sandevid (¡Nenaza!/ Sí, lo soy... ¡qué pasa!), con la cabeza apoyada en el respaldo de mi amado sofá, miro fijamente la pantalla del televisor.

Joselito, curioso personaje. Como también lo es que, a pesar de tener puesta una maravillosa película, clásico del cine español, dotada con una magnífica banda sonora y un vestuario digno de una superproducción de Hollywood, en mi cabeza únicamente resuene la 'Danza de los cuarenta limones'... (cuyo maravilloso estribillo 'un limón y medio limón, dos limones y medio limón' etc. deleitaba a niños y mayores en los más prestigiosos chiringuitos de la costa española).

Para quien no lo recuerde es aquella canción con la que nos atronaron el verano del 96 cuando yo, a la tierna edad de seis años, todavía tenía el cerebro lo suficientemente maleable como para que se me quedara grabada tal obra de arte y hoy, años después, vuelva a mí en una explosión cítrica dominical que me llevaría al delirio horas después cuando ya en la cama llegara a intentar quitarme la vida esnifando el Vicks Vaporub que tantas veces me ha salvado la vida en invierno.

Pero esa no es la cuestión ahora... la cuestión es... ¿de verdad Joselito existe? ¿o es algo así como la llegada del hombre a la Luna o que Jordi Hurtado es un robot?

Como he dicho en otras ocasiones, seguiremos investigando...