B- Efectivamente querido amigo.
A- Mmmmm...
B- ¿Qué pasa?
A- No sé, sinceramente yo no diría que lo estás. Aunque, por supuesto, es una simple apreciación sin análisis alguno.
B- Bien, pues habiéndome analizado yo mismo... concluyo que me he vuelto loco.
A- No puedes decir eso ¡no te puedes analizar tú mismo y llegar a una conclusión tan tajante!
B- Creo que te equivocas. Lo he hecho y lo estoy.
A- Pero ¿qué notas extraño?
B- Nada.
A- ¿Algún sentimiento diferente?
B- No.
A- ¿Impulsos extraños?
A- No.
B- ¿Tu conducta ha cambiado en algún grado?
A- Negativo.
B- ¿Pierdes el control ante estímulos concretos?
A- Para nada.
B- ¿Delirios o fallo en la toma de contacto con la realidad?
A- No.
A- Mmmmm...
B- ¿Qué pasa?
A- Entonces sí, querido amigo, estás loco.
B- Gracias.
1 comentario:
Parece que tiene que ser así. Los locos son los que llegan al mundo.
Un saludo! Me ha gustado mucho la entrada, pues yo también estoy un poco loca.
Publicar un comentario