Cuando vas sentado en la parte de atrás de un coche, la velocidad consigue que no veas nada... una simple mancha rayada que cambia de colores...
Justo entonces y sin darte cuenta, te evades, dejas de pensar y únicamente oyes la música como reproducida dentro de una caja, una canción que no te importa de un grupo que ahora ya no recuerdas.
Con la mente en blanco y los colores rayados proyectados en tus pupilas eres, por unos instantes, completamente feliz.
Empieza a llover... perfecto...
Hasta que algo te distrae y vuelves a la realidad.
Ehorabuena, has llegado a casa.
Maldita realidad con sus reales asuntos...