¿Quién ha dicho que no hacer nada es perder el tiempo?

Sí amigos, ésta es mi reflexión filosófica por excelencia.

Porque, ¿qué hay mejor que estar tirado en el sofá (¡viendo la tele!)?; ¿o estar escuchando música horas?; ¿o lo que te apetezca en ese momento?.

Lo de hacer cosas de 'provecho' esta sobrevalorado... y lo digo enserio.

Vale, hay que hacer lo que hay que hacer (me ha quedado una frase un poco a lo indio, pero bueno...), yo no digo que no, pero que nadie se me estrese por tonterias POR DIOSSSS.

Y más en las edades que estamos... ¡mare meua! (una abuela de 80 años habla en este momento a través de mí).

Estar en las musarañas, entretenerse con una mosca, estar en la luna de Valencia... no tienen que ser cosas malas. ¡Viva la libertad y el buen rollito! (Espíritu hippie jajaja).

Así que ya sabéis: tiraos en el sofá, poned música y a ver las moscas pasar...

[Me entretengo viendo las motas de polvo en suspensión en el haz de luz que entra a través de la ventana entreabierta].

Nada...

NOTA: Esta entrada va a ser un poco tonta (no quiere decir esto que las demás no lo sean, si no que lo va a ser más...).


Pues resulta que es viernes, estoy sola en casa 'haciendo láminas' (este concepto puede llegar a ser muy amplio: vaguería máxima) y me aburro tantísimo que actualizo.

Hoy ha sido el día más soso en muuuucho tiempo (y espero que no haya otro hasta dentro de otro tanto).

Se supone que alguien responsable en estas horas habría aprovechado, pero... yo no lo soy, que se le va hacer...

¡Agh! Encima me veo ahí ya Fallas-Pascua y, claro, no mejora la cosa. Que ganas diosssssss. Estas dos semanas parecen eternas...




¿Alguien me trae ya el verano?








Ver la vida sin reloj...

Soy feliz

He llegado a esta conclusión yo solita.
Sí, es cierto (voy a recuperar mi 'es cierto' perdido). Todo el día sonriendo y riendo a lo loco (se me va un poquito la cabeza, lo sé, pero ¡qué más da!).

Debe ser la primavera y el solecito que han conseguido recuperarme...

Y encima hoy he estado con mi nene, mi sobrinito del alma, que es lo más guapo y precioso del mundo. Unas horitas con él, sólo mirándolo... ¡Ay, mare! Y estaría más y más, porque para mí es perfecto, perfectísimo (es el más guapo, el que mejor sonríe, el que mejor llora, el que mejor estornuda, el que mejor ¡todo!). Yo ahí, haciendo tonterías y diciéndole cosas que aún no entiende... Aissss.


Creo que por hoy es suficiente, ya sé que no he escrito taaaaaaaaanto como mi querida Victoria pero inspiraciones como ésa se tienen una vez cada mucho (y sólo en clase de Moraño... jojojo).

Alegría, alegría.

Aguantando las tormentas por regalarle una rosa...

¿¿¿De qué me río???

La única respuesta posible es: 'No lo sé'.






(El cielo, siempre).