miércoles, 27 de febrero de 2008

Veintitantos de febrero

Y llegó con fuerza...

Hoy ha estado bastante bien: sol, calorcillo, tranquilidad... hasta que ciertas personas (que no voy a nombrar) han empezado a enumerar en el tranvía las miles de cosas que tenemos que hacerrrrr... mmmm ¡gracias! jajaja Bueno, por lo menos he caido en ello y me he puesto a currar como una loca.

Dios, ¡no!. No, no he hecho nada (que tenga que ver con trabajos o estudio) en toda la tarde. Así que sigo con mi planing de estudio: relax.

Don't worry, be happy.

Y eso, hasta aquí la entrada de hoy, no muy larga ni currada, pero entrada en definitiva, que ya tocaba.


Un saludito.


[¿Hemos cogido la Casio de la Iaia? Me da a mí que no...]

lunes, 25 de febrero de 2008

Hoy no estoy nada animada...

La vida es muy rara. Una milésima de segundo, una decisión tonta, una mirada, un paso en falso, una palabra, un grito, una canción, una sonrisa, un gesto, un abrazo... cualquier cosa puede cambiarte o cambiar tu manera de ver las cosas.
Creemos que lo sabemos y controlamos todo, y no es así.

Por eso, lo mejor que podemos hacer es vivir día a día, mañana ya vendrá lo que sea.



Bufffff me ha dado el bajón.

Ayer fue difícil... menos mal que todo está "bien".




Un saludo a todos.

jueves, 21 de febrero de 2008

¿Estrés? Sí, claro...

Sueño, sueño y más sueño...

Estos días tan sumamente grises me están matando. Madrugones exagerados que me han convertido en un zombi que responde al nombre de siempre. Disfruto de momentos de lucidez por la mañana pero luego toca bajón. Además, yo no soy del club de la siesta y eso se nota...

Necesito entrar a las 10. Eran tiempos tan bonitos aquellos en los que me lavantaba y había sol...

Já y será que queda poco cuatrimestre.

Además, todo esto de no dormir deriva, en la gente como yo (vagos nerviosos), en estrés pasivo. Lo que es un assssssqueroso problema.

Me explico. Cuando ves que los trabajos, las cosas que tienes que estudiar (o cualquier otra obligación que sabes que tendrás que llevar a buen término tarde o temprano) se van acumulando y pasas, pasas descaradamente pensando: "hay tiempo"; cuando sabes que relativamente es cierto, pero no tanto. Porque al día siguiente piensas lo mismo y al otro también... y así pasan semanas. Sigues estando igual de cansado (o más, incluso) y tienes más cosas que hacer. ¡Ay! inocente de ti te sigues engañando: "hay tiempo" y añades: "de mañana no pasa". Y si que pasa, si... En tu interior más interno los nervios van en aumento.

Se acerca el momento, ese que tanto has temido y odiado. Ya no hay vuelta atrás y no estás preparado. Intentas aprovechar y exprimir cada minuto que te queda (cafeina en vena, madrugones peores que los de antes...), hasta que llega y... pasa.
Estás vivo, has sobrevivido y te sientes orgulloso del examen, trabajo... (lo que sea) aunque haya salido penoso, ¿por qué no?. Todo este tiempo, esta preparación para el gran momento, lo has pasado estresado pero sin 'fer res' y no aprendes, lo volverás a hacer y lo sabes.

Si te sientes identificado con todo esto, he de decirte, querido amigo, que sufres de estrés pasivo. Y puedes decirlo con orgullo a todo el mundo, puedes abrir la ventana ahora mismo y chillarlo, puedes hacerte una camiseta con tu diagnóstico impreso... vale, si haces estas dos últimas cosas igual lo tuyo no es estrés pasivo, sino algo mucho peor, yo de ti me lo miraba...

Y así concluye el episodio de hoy... Voy a ver si hago algo (no lo haré).

(Me he enterado de que mis dados, mis amados dados, no me corresponden. Así es la vida.)

miércoles, 20 de febrero de 2008

Mmmmmm...

Conseguida la independencia. Blanca, te echaré de menos...